Incontrolable – capítulo 11

Hola.

Después unos meses sin actualizar este fic, al fin hoy esta de regreso, sin duda es uno de los que más costo escribir, pero bueno, espero sea de su agrado a los lectores de este loco fic xD.

No los detengo más, que lo disfruten.

——————————————-

Minami despertó muy temprano para prepararse e ir a su nuevo trabajo, al salir de su habitación, todo está muy silencioso, tal vez su cuñada y su hermano sigan durmiendo. Sigilosamente llego a la entrada y se puso sus zapatos y salió. Para llegar al hospital tomó un taxi.

Exactamente a las 8 de la mañana estaba enfrente del hospital, al entrar ya conocía el camino a la oficina de Ray, hizo el recorrido habitual, pero ahora había una diferencia, sin estar vestida como su hermano, ahora la ignoran, de vez en cuando unas enfermeras la voltea a ver.

Al llegar a la puerta de la oficina de Ray, respira hondo y toca la perta para recibir un “adelante”. Entra y se encuentra con una Ray sonriente detrás de su gran escritorio. – Buenos días Minami – Ray saluda y le hace una seña a la pequeña para que tome asiento.

Durante unas horas las dos estuvieron hablado de cuál será la labor de Minami, que consiste en: hacerse cargo sobre las cuentas del hospital, estará en contacto con las enfermeras y los doctores para estar al tanto de las necesidades de medicamentos e instrumental, también ayudará a su jefa a la contratación de nuevo personal.

Para su primer día de trabajo, lo que hizo fue seguir con todos los montones de papeles que han resolviendo durante días. En el almuerzo, Ray y Minami salieron a una reunión en donde se encontraban la mayoría de los doctores y enfermeras. Minami se sentía algo rara, no encajaba allí, pero se acostumbraría.

– Bien, y por último – Ray llama la atención de todos. – Quiero que conozcan a mi mano derecha – la jefa toma la mano de Minami y la hace pararse a su lado. – Preséntate – le susurra al oído a la más pequeña.

– Soy Takahashi Minami, es un gusto conocerlo. Cuento con todos ustedes – Minami hace una reverencia ante toda la audiencia.

– Si hay algún problema… ya sea por falta de medicamentos o instrumental o problemas profesionales, háganselo saber, ella se encargara de eso. Ahora sí, pueden regresar a sus deberes.

——————

– ¿Cómo es que estás trabajando allí? – Sayaka habla con la boca llena y Mariko la mira con un poco de enojo.

– Sí, el día que regrese a mi departamento me encontré a Ray-san y me ofreció trabajo – Minami le da una mordida a su carne.

– ¿Kai y Atsuko lo saben? – Mariko pregunta mientras limpia la boca de su novia para luego besar su mejilla.

– No, no los he visto, cuando llego a casa ellos están durmiendo o salen a cenar.

– ¿No te has topado con Kai en el hospital? – Sayaka habla nuevamente con la boca llena y esta vez Mariko le da un golpe en el brazo. – ¡Ay! Eso doló Mariko – se queja y solo recibe una mala cara de su novia.

– No, en esta semana no he parado de estar trabajando con las cuentas, de vez en cuando salgo de  la oficina para ver si se necesita algo y me llenan de papeles. Kai se la pasa metido en los quirófanos.

Al fin ha terminado la primera semana de Minami, y es el primer día que sale temprano y se da la oportunidad de cenar con sus amigas.

Durante toda la semana sale temprano del departamento y llega a medianoche, esto hace que no se encuentre con Atsuko o Kai y es algo que le hace bien.

Después de tener esa cena con Sayaka y Mariko. Se va a su departamento. Al abrir la puerta, puede ver que las luces están prendidas, pero no le pone atención y se sienta en el escalón para quitarse los zapatos.

– Mi amor, ¿eres tú? – se acerca Atsuko. Minami al escuchar a su cuñada se pone algo rígida, pero se apresura a poner sus zapatos debajo del mueble y se levanta para ir a si habitación, pero Atsuko ya está en el marco de la puerta.

– ¿Minami-chan? – la pequeña sonríe para su cuñada. – ¿Qué te ha pasado? Te vez muy cansada – Atsuko se acerca a Minami y pasa uno de sus dedos por las sobras obscuras que se han formado debajo de los ojos de la pequeña.

– Nada, es-estoy bi-bien – la castaña comienza a tartamudear.

– ¿Y esto qué significa? – la mano de Atsuko sigue en la mejilla de Minami.

– Esto es lo que ocasiona el trabajo – Minami se aleja de Atsuko y va a la cocina para beber agua. – ¿Hoy tiene turno Kai?

Atsuko va detrás de Minami. – Sí, llegará hasta el amanecer… – se forma un silencio.

– Bueno, yo estoy cansada, iré…

– ¿Dónde trabajas? ¿Cuál es tu nuevo trabajo? – Atsuko interrumpe a Minami.

– Estoy trabajando con Ray-san – con esa declaración Atsuko se tensa un poco y muestra una sonrisa fingida. – Estoy en el hospital, mejor dicho, estoy con Ray-san todo el día…

– ¿Por qué con ella? – la dulce voz de Atsuko ha desaparecido y Minami lo nota.

– ¿Estás bien? – Minami pregunta.

– ¡Contesta!

– Ella me ofreció el empleo, es una gran oportunidad. Además la paga es muy buena, no me puedo quejar y Ray-san se porta muy bien conmigo.

Atsuko se acerca peligrosamente provocando que Minami de pasos hacia atrás hasta chocar contra la nevera y Atsuko recarga sus manos en ésta para que Minami no se escape.

– No me hagas esto – Atsuko habla casi en un susurro al oído de Minami. – No quiero que te acerques a ella otra vez – se acerca más para poder pegar sus cuerpos.

– ¿A-Atsuko-san? ¿Qué quieres decir? – pregunta Minami, pero no hay respuesta de Atsuko y solo mira los ojos de su pequeña cuñada. – Atsuko-san, yo-

– ¡Deja de llamarme así! Me estas volviendo loca… – se separa de Minami y recarga sus manos en la mesa con la cabeza agachada. Minami aún se queda recargada en la nevera, pero ve como la respiración de su amor prohibido se altera, como si estuviera llorando y poco a poco se acerca para escuchar los sollozos de la más alta.

– No sabes cuánto debo aguantar, no sabes que tan confundida estoy – empieza a declarar Atsuko y Minami se acerca para acariciar la espalda de su cuñada, pero Atsuko al sentir el delicado toque de Minami la mira a los ojos y sostiene los hombros de la castaña.  – ¿Por qué eres tan dulce? Eso me hace las cosas más complicadas… No me voy a poder controlar si eres tan dulce conmigo y al otro día tomas tu distancia.

– ¿De qué estás hablando Atsuko-san? Yo solo soy amable contigo porque eres la esposa de mi hermano, debemos llevarnos bien-

– ¿Entonces? ¿Por qué has comenzado a llamarme “Atsuko-san”? Detesto como se oye con tu hermosa voz… Me gusta más como me decías que me amas.

– ¿Qué? NO. Te equivocas – Minami se zafa de las manos de Atsuko y se pone más nerviosa. – Yo nunca he dicho eso.

– Vamos, yo lo sé, lo supe desde que entraste ese día…

– Explícate, no entiendo nada – entra en pánico la más pequeña y camina de un lado para otro.

– El día que entraste vestida de tu hermano – con aquella declaración Minami se detiene. – Lo supe desde que te bese, lo supe con tan solo tocarte, de sólo sentir como tu piel se erizaba al sentir mi mano sobre ella.

– No, no, no, ¡NO! – Minami se va la sala, se sienta en el sillón y recarga sus codos en sus rodillas y su cara en sus manos. Atsuko se hinca delante de ella y con delicadeza comienza a acariciar los brazos de la pequeña.

– ¿Por qué? – Pregunta Minami – ¿Por qué dejaste que avanzará esa farsa? – Con sus ojos llorosos la pequeña mira a su amor – ¿Por qué dejaste que mis sentimientos salieran a flote?

– Porque tú eras primero, tú fuiste la que me flecho con tal solo llegar a mí y hacerme tantas preguntas sin dejar que te contestará y después gritar. En ese instante me enamore de ti…

– ¡No! Eso no – Minami se separa de Atsuko, se levanta del sillón. – No te atrevas a decir eso… no te atrevas – comienza a sollozar la pequeña. – Estás mintiendo, tú amas a Kai, ¡mi hermano!

– Debes escucharme primero, tengo que explicarte – Atsuko vuelve a tomar entre sus manos los hombros de Minami. – Tenía miedo… Miedo de enamorarme de ti.

– Detente, no sigas más…

– ¡Atsuko! Mi amor, he llegado, tuve suerte y me dejaron salir, alguien más tomo mi turno – se escucha la voz de Kai en la entrada y se aproxima a la sala, Minami se aparta de ella y se limpia las lágrimas que caían por sus mejillas algo rosadas. – Minami, ¿cómo que eres la mano derecha de Ray? – Kai llega a la sala, pero no nota nada de la escena anterior de su esposa con su hermana.

– Es una larga historia… – antes que Minami siga con su esfuerzo de no llorar más y contar como consiguió aquel empleo su celular suena, lo revisa y se dispone a salir de la sala. – Debo atender, es Haruna – Minami se va a su habitación.

Al entrar a su habitación se recarga en la puerta y se resbala hasta llegar al piso, aquellas lágrimas que tuvo que detener, su celular en su mano era tan insistente que opto por contrastar.

– Dime – la voz de Minami se quebró.

¿Minami, estás bien?

– No, no puedo más con esto, necesito tu ayuda, por favor vean a rescatarme.

¿Dónde estás? ¿Qué pasó?

– Ven por mí a mi departamento, no quiero estar más aquí. No me puedo controlar más con saberlo.

– Tranquila Minami, ya estoy en camino. Llego en diez minutos.

Al terminar la llamada Minami toma una mochila y mete toda la ropa que puede. No pasaron más de diez minuto cuando sonó el timbre de la puerta. De inmediato Minami tomó la mochila y salió, en el camino se encontró a Atsuko que estaba por abrir.

– ¿Adónde vas Minami? – Atsuko pregunto al ver la mochila de la pequeña. – ¡Kai, ven! – llamo a su esposo al ver que no le respondía. Sin mucha demora llegó Kai, mientas que Minami se ponía sus zapatos.

– ¿Adónde vas, por qué la mochila? – Kai pregunto, pero Minami solo abrió la puerta para revelar a Haruna con las mejillas algo rosadas de correr un poco.

– Iré a cada de Haruna, debemos hablar unas cosas sobre los ensayos y otras cosas – Minami se acerca a Kai y lo abraza. – Te quiero mucho, hermano – le da un pequeño beso en la mejilla y va a donde Haruna para luego dirigirse al ascensor.

Durante el camino no hablaron, Haruna sólo veía a su pequeña amiga que tenía la mirada perdida en la ventana, esto era preocupante.

——————————————-

Al entrar al departamento, Minami abrazó a Haruna y comenzó a llorar. Haruna solo se limitó a regresar el abrazo, poco a poco hizo que llegaran a un sillón de la sala. Allí hizo que la pequeña se sentara entres sus piernas y llorar sobre su pecho mientras que le acariciaba el cabello.

Después de un rato, Minami dejo de llorar y le conto todo a su amiga, desde cuando conoció a su amor platónico hasta la declaración del mismo. – Es tan frustrante, la amo, la amo más que a mi propia vida, pero Kai también la ama. Eso lo tenía claro y sabía que no iba poder ser, disfrute mi tiempo con ella cuando me vestí como Kai, pero hasta allí, pero luego vine ella y me dice que sabía que era yo, que estaba enamorada de mí. Mi padre tiene razón, soy la vergüenza de mi familia.

– Minami… no tengo mucha experiencia en esto, pero creo que lo que necesitas es alejarte un poco de ellos, hacer una nueva aventura, debes salir de allí, porque verlos juntos sólo te hace daño – Haruna habla con dulzura mientras sigue acariciando su cabello.

– ¿Eso caza talentos aún me siguen buscando? – Minami pregunta con aún su cara en el pecho de Haruna.

– Sí, ellos tal vez estén en tu casa ahora, tal vez no.

– Mañana iré al ensayo y aceptaré un contrato con ellos para largarme de esta ciudad – la pequeña habla con dolor, enojo y tristeza.

Así, después de un rato la más pequeña se quedó dormida en el pecho de su amiga, Haruna logro llevar el cuerpo de su pequeña amiga a su cama, al ver como una lágrima logra volver salir de sus ojos cerrados de Minami, la limpia y sale de la habitación.

Toma su teléfono y hace una llamada.

– Tenías razón, está más que lastimada, pero está dispuesta a superarlo, ella quiera ir con los caza talentos.

– ¿Pero crees que sea la mejor opción? Digo, ella no está en su mejor momento y puede fallar – habla preocupada, mientras que Mariko le toma la mano.

– Puede ser, pero también esto puede ser un factor para que explote al máximo su talento, ella no se va a rendir. Debemos confiar en ella.

– No la quiero dejar ir así como está ahora… – Sayaka habla con la voz quebrada. Haruna no la ve, pero su novia sí.

– Vamos cariño, ella es fuerte, ¿no has visto todo lo que ha aguantado? Es un guerrera – Mariko limpia una lágrima que recorre  la mejilla de Sayaka.

– Sí, ella tiene razón – Haruna apoya a Mariko. – La apoyaremos de esa forma, alejándose.

Un comentario en “Incontrolable – capítulo 11”

Deja un comentario